Sucede que al ejercer el negro mester, las personas no familiarizadas con el mismo -llámese profanos o no iniciados- caen en confusiones psicodélicas al tener un encuentro cercano del tercer tipo con un tuno. Al andar por las calles vestido y con instrumento en mano más de uno habrá escuchado comentarios como: “¡hey Cristóbal Colón!”, “¡ahí está el mariachi!”, “¡Romeo… ¿y tu Julieta?!”, “¿eres un príncipe?”, “¡Los Chachaleros!”, “se adelantó el halloween”. En el hermano país de Chile sucedió algo curioso: Un estudiante, caballero de la tuna y escolar del sur, iba caminando armado a la tunantesca un día cualquiera por la ciudad y al cruzar la calle notó una situación peligrosa, pues resultó que un pequeñajo, un niño iba a cruzarla imprudentemente y sin mirar a ambos lados. En cuestión de segundos y con un bólido precipitándose a toda marcha el valiente tuno corre capa al viento y se abalanza sobre el infante a quien salvó de una muerte segura. Pasado el susto llega preocupado el padre del niño que tras abrazar a su hijo mira anonadado al valiente y exclama con cierta confusión: “gracias… gracias… y tú ¿Cuál superhéroe eres po?"
lunes, 19 de julio de 2010
jueves, 8 de julio de 2010
Tuno hasta morir… y revivir
La popular canción “Imágenes de ayer” sentencia claramente para cualquier juicio que una vez tuno siempre tuno. ¿Qué es lo que se mete en el corazón de una persona al pertenecer a una tuna? Algunos se han casado en traje de tuno, otros les han hecho procesión funeraria en grillo al fallecer un hermano del negro mester. La juventud nos deja pero aún perdura la ilusión en el cuerpo que los años deslucen de lozanía; nunca se es viejo para agarrar una guitarra y rondar… y revivir.
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