El amor debe de cultivarse para que reverdezca la esperanza del cortejante y su llama no se extinga. Las prendas de amor eran antiguamente una promesa, quizá no tan audaz como una declaración que parta de los labios de la amada, pero si discreta, tímida y personal. Un te quiero en silencio. Las cintas de la capa de un tuno son perfectamente el eco de un sentimiento y una prueba de fuego en la modernidad de un arte casi olvidado por nuestras doncellas punk: el bordar.
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